La canela es conocida principalmente por su uso en la repostería, está demostrando ser mucho más que un simple ingrediente culinario. Esta especia, obtenida pelando y frotando las ramas de la corteza interna del canelo, ha captado la atención de la investigación alimentaria debido a sus posibles beneficios para la salud renal.
La canela contribuye a mantener el sistema arterial en condiciones óptimas, lo que puede resultar en una disminución de la presión arterial.
Se trata de una de las especias más antiguas conocidas, ya es nombrada en el libro del Éxodo. En China ya se empleaba en el 2.500 AC. y los árabes la usaban para aromatizar carnes, pues inhibían las bacterias responsables de su putrefacción al contener un aceite esencial rico en fenol.
En la Edad Media se usaba para mejorar el sabor de los vinos y aromatizar diversas comidas.
Existen más de 100 variedades de canela, pero apenas hay diferencia de sabor entre ellas. En general, podemos decir que se cultiva en países cálidos cuyos inviernos son fríos, y se recoge en las estaciones de lluvia, por ser más fácil el decorticado.
Es originaria del sur de India y Sri Lanka, aunque también se cultiva en Brasil, Birmania, Indonesia e islas del océano Pacífico.
